La profesión del diseñador de interiores sigue provocando confusión a nivel social. Muchos tienden a definir la función del oficio como la decoración de un espacio interno. Sin embargo, el diseñador de interiores tiene como misión lograr un diseño funcional que conjugue la utilización de espacios, el aprovechamiento de los recursos disponibles y la combinación de formas y colores. En definitiva resuelve la configuración de los espacios vitales de nuestro entorno más cercano (vivienda, trabajo, ocio, comercio, etc), y la dotación de una correcta adecuación funcional, técnica, estética y cultural.
Por lo general es una profesión independiente, que trabaja por proyecto. Si bien es cierto que tiene la posibilidad de trabajar en un estudio de diseño, un estudio arquitectónico, un museo, o cualquier institución cultural.
Su actuación dentro del marco legal que regula la profesión y con estricta sujeción a la normativa legal de carácter específico que le fuere de aplicación en cada caso, se desarrolla básicamente en los siguientes ámbitos de actuación:
- Resolución, instalación y acondicionamiento de edificios y locales de nueva planta para su adecuación a usos de carácter residencial, laboral o publico.
- Reforma, rehabilitación, remodelación y mejora de edificios preexistentes, cuando no afecten a elementos estructurales resistentes, a la configuración de la edificación ni a las instalaciones de servicio común.
- Proyectos de arquitectura efímera comercial con destino a ferias y exposiciones.
- Proyectos de locales comerciales y escaparates.
- Proyectos de oficinas y espacios de trabajo.
- Restauración, rehabilitación y reacondicionamiento de edificios y locales histórico-artísticos con estricta sujeción a la normativa legal de carácter específico que le fuere de aplicación.
Las facultades, atribuciones y competencias profesionales están reguladas por el Real Decreto 902/1977, de 1 de abril, publicado por el B.O.E. nº 105, del 3 de mayo de 1977.
Demanda laboral y mercado de trabajo del Diseñador de Interiores
El Diseño de Interiores es demandado cada vez más para crear experiencias únicas en los ambientes domésticos o en los espacios laborales. Su desarrollo incide directamente, además de en los espacios privados (casas, etc…), en sectores económicos y sociales de vital importancia para la economía; favorece su nivel de competitividad, como son el comercio, la hostelería, el turismo, el ocio, etc…, y dota a sus espacios de una correcta adecuación funcional y técnica, así como de las connotaciones estéticas y culturales adecuadas.
El sector turístico se encuentra en plena expansión: se estima que el PIB turístico crecerá este año un 3,7%. Estas buenas previsiones hacen que las empresas turísticas quieran crecer y estar a la vanguardia. En este contexto, la experiencia del cliente resulta vital para mejorar y enriquecer la oferta turística. Y ahí es donde aparece el diseñador de interiores. Por otro lado, según los datos de la Cámara de Comercio de la Comunidad de Valencia, junto al turismo, el sector que plantea mayor crecimiento es el comercio, donde la innovación es el único factor de competitividad sostenible en el tiempo. Datos e informaciones que van en la línea de las competencias específicas requeridas por el mercado de trabajo, según el informe del Servicio Público Estatal (¡diseño! ¡diseño! ¡diseño!).